sábado, 28 de enero de 2012

El principio de mi perdición

Noche estrellada. Noche veraniega. Noche mágica. Todos los jóvenes salían a darle la bienvenida a esas fiestas de pueblo con una sonrisa y una copa en la mano. Mi futura compañía tenía que ser la botella de vodka y mis amigas. Tanto el vodka como ellas estaban dispuestos a hacerme olvidar esos recuerdos que no salían de mi cabeza. Pero la noche me tenía preparado algo mejor.
La noche empezó a transcurrir igual que el alcohol por mi cuerpo. La música y los gritos me embriagaban. Pero mi mirada solo buscaba esos ojos que una vez habían provocado mi perdición. Y finalmente los encontré.
Se acercó a mí con esa sonrisa. Su sonrisa. Mi cabeza me decía una cosa pero no pude hacer otra cosa que hacer caso a eso que puede con todo: El corazón. ¿Que si me equivoqué? Para nada del mundo.
La noche empezó a coger un tono muy distinto. La música y la gente pasaron a estar en un segundo plano, quizás un tercero. Mis cinco sentidos estaban centrados en él. No importaba nada excepto las sonrisas que se dibujaban en nuestros rostros entre beso y beso, excepto los te quiero que habían esperado tanto tiempo para poderlos pronunciar, excepto esas miradas donde se podía leer todo aquello que no habíamos podido decirnos antes, todo aquello que habíamos guardado dentro de nosotros esperando aquel momento, aquella noche. Esperando que la vida nos volviese a juntar.
Noche estrellada. Noche veraniega. Noche mágica.
Noche que nunca olvidaré.

2 comentarios:

  1. Es muy bonito, ¿pero realmente era la primera vez que os besabais y os dijisteis te quiero? meca. De todas maneras, es bonito, me gusta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias :)
      No, no era la primera vez de ninguna de las dos cosas. Pero nos habíamos separado por bastante tiempo y... Bueno, es muy complejo jaja. ¡Pero gracias!

      Eliminar